Investigadores de Australia han construido un motor eléctrico de sólo 250 μm de ancho que podría usarse para mover diminutos robots lo bastante estrechos para ser inyectados en el torrente sanguíneo humano, haciendo posible nuevos tipos de cirugía.
Los motores funcionan convirtiendo las vibraciones de un material piezoeléctrico en un movimiento giratorio que podría entonces usarse para dirigir estructuras similares a látigos llamadas flagelos — imitando cómo nadan algunas bacterias y otros microorganismos.
El equipo afirma que el motor piezoeléctrico es el primero de tales dispositivos en ser menor de 1 mm de tamaño y — con algunas mejoras — podría ser lo bastante potente para impulsar un robot contra el flujo del torrente sanguíneo.
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El vídeo del motor en el canal de YouTube del Institute of Physics